Si uno pudiera planear dónde va a empezar todas las relaciones que con los años se vuelven importantes, pocos serían esos espacios inesperados y curiosos que luego nos sacan una sonrisa al pasar o recordar.
Como ese café que quedaba convenientemente cerca de donde nos conocimos, donde no esperábamos que allí brotaran tantas emociones nuevas. O ese restaurante que era la sede de una celebración ajena, donde se volvió historia nuestra frase ¡”Que Pisados!”.
Y allí mismo, donde se dan los nuevos comienzos, a nuestro alrededor se finalizan relaciones, se concretas reuniones, se ejecutan planes y se derrumban otros.
Y yo, sentada en la esquina de ese café, reflexionando todo esto y sonriendo por cómo nos ha resultado todo, solo puedo decir, que agradezco lo inesperado y maravilloso que ha sido, caminar junto a vos.
¡Te amo Erick! ¡Feliz aniversario #8 de nuestro civil!
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