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sábado, 13 de diciembre de 2014

Yo daría lo que fuera por estar con ella...

Llevo varios años escuchando a doctoras y enfermeras del IGSS que siempre para esta época, van a dejar a los ancianitos al Hospital, no por estar enfermos sino porque no los quieren andar carroceando o cuidando en estos días de Navidad y Año Nuevo. Incluso me comentaron recientemente de personas que dejan cerca de los bomberos a los viejitos con todo y su maleta, aprovechándose de que quizás los años ya se empezaron a llevar su memoria y no saben dónde viven, y no les queda más a los bomberos que llevarlos a los centros de asistencia pública. 

Siempre me afecta, pero este año me dio un dolor terrible de corazón el saber que hay gente que se olvida que en esos ancianitos, están los padres que hicieron de todo por sacar a sus hijos adelante o que quizás no fueron tan amorosos, pero hicieron de sus hijos las personas exitosas que son ahora. Además, esta gente transmite a sus hijos el desapego a los ancianos, como si ellos nunca llegarán a ser personas de la tercera edad. 

Este año, hace casi 3 meses tuve que despedirme físicamente para siempre de mi abuelita, y yo daría lo que fuera por estar con ella, no solo para navidad y año nuevo, sino que todos los días. Simplemente no entiendo como alguien puede ser tan descorazonado. Todos llegamos a viejos, a todos nos llegan los achaques, no hay dinero que compre un año más a los que les corresponde a la Muerte. 

Entonces ¿por qué simplemente los abandonan? ellos necesitan amor, cuidado, cariño. Nos toca hacer conciencia. Sé que a nadie le gustaría ser tratado como un accesorio que con los años se desecha sólo porque ya no brilla como antes, en sus años mozos. 

El colmo, los dejan en centros de asistencia o en manos de bomberos, que no sólo tienen la labor de atender verdaderas emergencias, pero no cuentan con los suficientes fondos para responder al cuidado de sus olvidados abuelitos o abuelitas. 

A mi siempre me dijeron que hacerme cargo de mi abuelita traía bendiciones. La verdad no la cuidaba y abrazaba esperando las bendiciones, sino que el mero gusto de amarla y estar con ella. Quizás no siempre podía como hubiera querido, pero no dejaba de estar con ella cuando podía. Todos los días me hace falta pero tengo la satisfacción de haberle dado mi corazón y mi tiempo. 

Si quiere, cuide a sus ancianitos por las bendiciones, pero créame, no hay bendición más grande que amar sin esperar nada a cambio. 

A las personas que tienen la dicha de contar todavía con sus abuelitos y abuelitas o a sus padres que ya no tienen la fuerza que tenían a su edad, aprovechenlos, y si lo hacen, los felicito. A los que ponen excusas, ojalá que cuando le toque no le pongan excusas y se quede solo o sola. Y si ni siquiera ponen excusas y simplemente les dan la espalda, recuerde que obrar bien da bendiciones y si no obra bien, se viene lo contrario. 

Tomen esto como un "friendly reminder". Y si pueden compartirlo con gente que deba leerlo, delen viaje :) 

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